Carta a Guzmán del 18 de abril de 2022

I need my golden crown of sorrow,

My bloody sword to swing,

My empty halls to echo with grand self-mythology,

I am no mother, I am no bride,

I am king.

Florence and the Machine- King

Guzmán,

Me gustaría contarte una historia de dos ciudades, pero no podría transmitirte con palabras el laberinto ni sus entresijos, ni tampoco la pena de aquellos que las habitan en soledad cuando se descubren morir a manos de una intrusa. Ambos lugares están construidos sobre ruinas y pirámides, y aún así los ecos de realidades me alcanzan en su bajo vientre.

Nada, siquiera las Tierras Intermedias, pueden dislocarme de aquello que veo pasar por el rabillo del ojo. Me doy cuenta de que espero que estas experiencias sean un bálsamo, mientras yo vierto en ellas frustraciones e iras. Me estoy conviritiendo en un instrumento del fin. Hay unos pocos momentos donde me sorprendo calmada mientras recojo plantas para fabricar pociones, o mientras hablo con las voces amigas en el camino. Pero estas últimas están desapareciendo. Y yo con ellas.

Creo que es sintomático que hables de bellezas y yo de batallas, y que pese a las distancias conceptuales recorramos el mismo camino. Me pregunto si estamos destinadas a no encontrarnos porque perseguimos cosas diferentes. O porque yo ya no sé qué busco.

Oigo los ecos de un final y me estoy poniendo nerviosa porque no sé qué dejaremos atrás, o en qué estado existirán estos lugares con nuestra marcha. Me propongo visitar a Hewg más a menudo.